El impacto de la globalización económica y cultural marcó el comienzo de nuevos tipos de relaciones entre los consumidores y los objetos. Los seres humanos nos hemos convertido en seres guiados por el “usar y tirar”, con una creciente sensación de que todo es efímero y que los productos que compramos y utilizamos tienen una vida útil muy reducida.
Primera Parte 
Fast Fashion vs Agua ​​​​​​​

Se estima que la industria de la moda consume alrededor de 79 mil millones de metros cúbicos de agua por año en el riego de cultivos de algodón y el procesamiento industrial: eso es suficiente agua potable para 110 millones de personas durante todo un año.
La industria textil se encuentra entre los principales contaminadores de agua potable del mundo,  el teñido y el tratamiento de textiles representan el 20% de toda la contaminación del agua 
destinada para uso industrial. 
El tratamiento de textiles es uno de los principales contaminantes del agua
Las fibras textiles pasan a través de las plantas de tratamiento en donde las aguas residuales, repletas de micro plásticos, son desechadas en ríos o lagos y, finalmente llegan al océano, donde son ingeridas por la vida marina y ascienden en la cadena alimentaria.
9 mil billones de litros de agua son usados para el teñido textil​​​​​​​
Segunda Parte 
Fast Fashion & Consumismo

El consumo mueve a toda la sociedad, muchos viven del consumo y otros viven para el consumo, etapa que llega a crear una desocialización de los individuos y solo los socializa en un sistema de necesidades y desinformación. El universo del consumo y la comunicación de masas se presenta como una fantasía, un mundo de seducción y movimiento incesante cuyo modelo es el sistema de la moda.
Los medios de información al igual que la moda intervienen en los cambios de comportamiento en la sociedad al punto que se ha dejado llevar por la publicidad adquiriendo de forma desmedida por la promesa de una aceptación social.
Si no lo necesitas no lo compres
El derroche y el consumo en exceso no es exclusivo de ricos, puesto que a los pobres jamás se les ha prohibido el consumo ostentoso, el mercado siempre ofrece buenas oportunidades para gastar inútilmente.
¿Lo necesitas o crees qué lo necesitas?
Tercera parte
 Fast Fashion vs Slow Fashion

Tradicionalmente se había sostenido la idea de que la durabilidad era una característica primordial en los productos, se tendía a subrayar la durabilidad de los productos como una característica fundamental y se creía firmemente que cuanto más duraba una cosa mejor había resultado la inversión. En este contexto y como contraposición y alternativa a la moda rápida surgen algunas marcas y movimientos a fin de concientizar, visibilizar y ofrecer alternativas a esta industria que tanto daño está causando y es así como nace el concepto de moda sostenible, mejor conocida como slow fashion. 
En producción los principios de la economía circular están transformando el sistema lineal actual hacia un sistema circular, donde los residuos cierran el círculo de la cadena de valor al reincorporarse nuevamente al inicio del proceso como nueva materia prima.
No hay nada más sustentable que lo que ya tienes
Reducir, reutilizar y reciclar sólo será posible cuando todos los actores, diseñadores, anunciantes, fabricantes, vendedores y, lo más importante, consumidores, acepten la importancia de forjar una industria intencionalmente sostenible, responsable y dinámica.
La moda sostenible no es una tendencia, es una necesidad
Fashion Film
Si deseas conocer más acerca del tema y sobre está campaña dejamos los siguientes enlaces al proyecto de investigación y a un video complementario.


Modelos:

Equipo creativo: 
Dirección: Emmanuel Ruiz
Asistente de director: Fabiola Hernández
Dirección de fotografía: Alexandra Herrera
Diseño de producción: Erika Teofilo 
Producción: Selah Santamaria
Makeup Artist: Jesús Bravo
Stylist: Karla Luna
Flare Studio

Agradecemos por su colaboración y poyo a:
E. Salim​​​​​​​
Fernando Jimfier​​​​​​​

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